Rio Rhin Tone, Bergehem, Campo de Condensación, 15 de austschum de 1943
Querido Diario:
Ha sucedido algo trémulo en estos último 23 días. Tramontina se ha enlistado en las tropas de Falopio,y me he quedado sola con los niños en la casa de Villa Ortozar. La soledad y yo, sin Tramontina, no nos llevamos bien, y ha sido preciso fumar el opio de las macetas para olvidarlo un poco tanto.
Ayer por la tarde, estalló la cañería del bebedero del baño, los niños correteaban en pelotas al grito de “me mojo, me mojo”. Así que ha sido necesario telefonear al plomero.Cuando se presentó ante mí, temblé de paúra. Un plomero rubio y fornido, sólido, no como los otros plomeros líquidos, oriundo de la Germania Meridional, de la casta de los Hoffman. Entró, arregló u terminamos mateando chucrút en la cocina.
Her Sigmour Hoffman ha penetrado en mi vida cual vaselina y yo he caído al amor como skater por rampa, sin frenos, y sé que cuando Tramontina regrese, habrá lucha en el lodo entre Roberto y Sigmour.
Mis hijos me preguntan: “Madre, por qué eras tan fácil y tan efímera?”