Querido Diario:
Tengo ganas de echarme sobre el camastro y escribir mi nombre enlazado con el suyo hoja tras hoja y bordearlo con corazones y ramas de laura oliva. Quiero enfrascarme en charlas interminables al teléfono, enroscando mi índice en el enrulado cable, al tiempo que me ruborizo Ante sus Garmazes frases. Siento que escuchar canciones del Paz Martinez no sería descabellado, y hasta incluso constituiría una buena banda sonora para los múltiples y diversos escenarios de mis fantasías diurnas. Me siento una adolescente. Infatuated.
Debo reconocer que en un principìo el temor se hizo carne en mi trémulo ser. Conociendo la tendencia de Madre de dejarse enamorar por hombres de bandezas enarbolar y armas tomar, la inminente llegada del candidato por ella elegido suscitó en mi esa sensación bien conocida de desasosiego a la cual le había perdido la costumbre dadas mis ultimas semanas de paz interior.
Aún así, quiebro una lanza x Madre, cuya estrategia de avisarme a ultimo momento no dejó en mi tiempo para elucubraciones ni miedos ni dúvidas. Apenas si pude depilarme el bozo y el cavado con la Blackandecker y cubrirme con lo primero que llamó mi atención del vestidor. Al tiempo que manotiaba el necesér en búsqueda de algun adminículo ravocador de facial, el tilingueo de la puerta de calle me hizo parar en seco. A tontas y a locas acomodé mi cabellera, inundé mis labios de glitter en cantidades industriales y cerrando los ojos e inspirando hondamente posé mi apendice manual derecho sobre Laport.
El aroma a Ol Spáis inundó mi ser y lo cacheteó hasta dejarlo aturdido. Juan Carlos hallábase de espaldas, su oscuro cabello al ras y las manos en los bolsillos de los Angelo Paolo. Al escuchar el quejido de la puerta, giró en reversa y puso primera. Los cálidos ojos, la sonrisa amplia y sin carencias de piezas dentales visibles, la poblada cejumbre y el tronco cubierto por una remera ostentando la cara del Pocho.. sobra decir que sin mediar palabra yo ya me encontraba dispuesta para la sublevación de mi ser todo, para la toma y el levantamiento, para que haga de mi una montonera mas al grito de "Peron Perón que grande sos...!!"
-Eva- comenzó a decirme. Su sonrisa ladeada por una cicatriz recien advertida por mí probablemente orgulloso botín de alguna truifulca sindicalista - Eva como la abanderada de los humildes. Presiento buenas cosas...
Yo también presentía. Y sentía. Fuimos a comer comida Somalí a un reducto muy chich de Palermo Gólico. Los platos eran bastante escasos pero su afrenta y rebeldía ante el pedido pizzero de mi madre y su total carencia de miedo ante la posibilidad de una batalla de gases lacrimógenos posterior terminaron de enamorarme. Como si algo faltara.
Hablamos largamente y nos dimos cuenta de nuestras coincidencias; ambos de capricornio, ambos vege-ovo-lactarianos; ambos miembros del culb de fans de Carozo y Narizota. Perfección pura. Cuando me quise dar cuenta, hallábame nuevamente en el umbral de mi casa, su mano en mi mejilla, kissing me goodnight. Y lo vi alejarse con la promesa de un llamado en breves horas.
Juan Carlos.. tu nombre me sabe a hierba
"Cooperativa Patria y Trabajo". Echo chispas metalúrgicas. Por mis venas corre estaño líquido. Shamáme.