

Reirme y hacer reir a mis amigos
Mi familia en general
Escribirle la vida a Evadam y a otras criaturas varias
Dibujar y crear cualquier tipo de cosa visual
La chocotorta
Dormir bajo un alcolchado super gordote y suave en invierno
Querido Diario:
Estos últimos días alejada de mi cotidiarieidad habitacional han sido de gran ayuda para mi psique. He encontrado refugio en un motel blues a la vera del bambino, nada muy lujoso pero sí util para estos dolorosos momentos de transición en mi vida. Y si bien el ventanal de mi habitación da hacia la fosa séptica del poblado adyacente, los renovados aires de libertad intrínseca a mi alma hacen que cualquier hedor parezca un splash de "Heno de Pravia".
También me siento en la obligación moral de mencionar a Don Orione, dueño del complejo edilicio donde actualmente me hospedo y de la única atracción en 20km a la redonda, un restó-bar llamado "Marilyn" donde aún no he concurrido pero el amable viejecillo se ha ofrecido en invitarme en reiteradísimas oportunidades para que vaya a conocerlo. Me lo ha descrito como un reducto de ambiente muy fino y sano, con muchas señoritas de mas o menos mi edad y también muchos caballeros, en su mayoría viajantes y conductores de camiones (con y sin acoplado) y me confesó casi en un suspiro emocionado, su sueño de fomentar el amor entre las personas. Probablemente alguna de estas noches me de una vuelta, ya que si hay algo que necesito es encontrar un amor que me merezca.
Justamente si de amores inmerecedores hablamos, he recibido email de Tramonta. Parece que la fiebre del ganso no le da tregua y los niños se empeñan en pedirle que les cocine y los atienda, dado que están de receso escolar prolongado. Me ha escrito promesas y juramentos, pero el tiempo ha endurecido mi permeable corazón. Tengo la impresión de que él también lo sabe y por eso me ha adjuntado la foto que arriba reenvío, con el subliminal mensaje depilado en su pilosa espalda. Reconozco el sacrificio que debe haber significado la escritura de tal mensaje, dado que una vez intenté depilar sus omóplatos pero ni la cal viva pudieron con la pelambre.
Sin embargo debo mantenerme firme y no claudicar. Aunque un pelo de Tramonta tire más que una giunta de Ana Marías.