Retrato de Familia

Bulones sur Merd, 17 de Agobio de 2026

Querido Diario:

Hemos comenzado con la Lic. Rettorta un período de introspección hacia mi pasado pluscuaimperfecto dado que es su convencimiento que muchos de mis pesares se haigan enraizados allí cual vello púbico encarnado.

Luego de aquel primer intento de riváival con el recuerdo navideño, la Licenciada Rettorta me ha informado que de acuerdo a mi progreso y situación actual, me hallo lista para comenzar con la terapia psicoanalítica per sei, por lo que durante nuestra última sesión me invitó a recostarme sobre el camastro que oficiaba de diváin para así imbuírnos juntas en aquellos años dorados, pero sin Kevin ni Winnie.

Comencé por contarle que según tenía entendido, Madre y Padre habíanse conocido en una manifestación en favor de la legalización de la radichetta para uso recreacional a mediados de los atribulados años 70. El, activista de Grinpís, Grinbank y Green (el incipiente grupo cumbiero, que en sus primeras etapas dedicábase al rock pesado como solía llamárselo en aquellos días); ella católita apostólica bonaerense, joven de su hogar y criada con la fuerte creencia de que la felicidad era vivir preñada y descalza cocinando mondongo los domingos. Indudablemente, love was in the air (eso o la quema indiscriminada de gomones les afectó el entendimiento a ambos) ya que seis meses mas luego halláronse casados y siendo la viva imagen de la familiham burguesa argenta de principios de los ochenta. Adjunto a continuación una foto de mi primer añito.

Padre Vicente siempre fue un fanático acérrimo del metal en todas sus formas y manifestaciones, por lo que dividía su tiempo entre los recitales de Maiden con su trabajo como sindicalista en la Unión Obrera Metalúrgica mientras Madre amorosamente nos cuidaba a Hermano y a mí, infundándonos los principios de la familia tradicional moderna.

Interrumpí mi relato, algo preocupada por el silencio sepulcral dendetrás de mi cránio. Me pregunté si Rettorta se hubiere quedado dormida en el prolapso del mismo y toda esta catarsis de remember familiar había sido en vano. Sinenverga, al girar en descubierto descubrí a Rettorta mirando por el ventanal, la mirada fija en un moscardón que había quedado atrapado entre dos paños vidriales y sin ton ni ron realizaba intentos de escape fallidos. Derreprontamente, Rettorta irguió sus gruesos lentes de Carey e inquirió:

-Ajam.. interesante... Ud dijo que su familia siempre estuvo relacionada con el metal, verdad?

Asentí, en un movimiento de cabeza pero sin proferir vocablo. Ella continuó su subtexto, como si yo no estuviera presente.

-Curioso.. decimos metal, pensamos Maiden, pensamos Ozzy, pensamos los muchachos de la UOMM que hacen paro portando palos para romper cabezas... digo palo y digo metal... madera.. metal... a Ud Evadam, que objeto se le representa?

Filosa su pregunta como el objeto que se correspondía con la respuesta. Pensé en Tramontina y me pregunté si realmente mi atracción por aquel impótume ser cuasi humano estaría determinada de alguna manera por aquella relación metalúrgica familiar o si todo esto sería un delirio de Rettorta, obnubilada por el patchuli del inciensio. Ávida de preguntas, me erguí sobre el camastro pero la lic fue tajante:

-Dejamos acá por hoy. La dejo para que se deje. Y te llevo para que me lleves.

Me pregunto que me habrá querido decir... me estará tirando onda?